Nuestra misión en Haiti

LA CIM (Comunidad Intercongregacional Misionera) EN HAITI

 

La Comunidad Intercongregacional Misionera (CIM) está presente en Haití, país considerado el más pobre del hemisferio occidental, desde el 9 de noviembre del 2010. Se organizó desde la CER (Conferencia Ecuatoriana de Religiosos/as) respondiendo a un llamado de la CLAR (Conferencia Latinoamericana de Religiosos/as) que, conmovida por las consecuencias del terrible terremoto de enero de ese año que devastó el país, nos animó a responder al clamor de Dios presente en el sufrimiento del pueblo haitiano.

Como Mercedarias Misioneras de Barcelona estamos formando parte de la CIM desde los inicios y ya hemos participado de esta valiosa experiencia, 4 hermanas pertenecientes a las Provincias de Ecuador, España, Perú y Angola. Es de destacar que, a lo largo de estos 13 años, han pasado ya por la CIM 17 hermanas de 10 Congregaciones diferentes, enriqueciéndonos con la espiritualidad emanada de cada carisma y teniendo como impulso unificador la luz y fuerza del Evangelio.

En el servicio y compromiso inicial de trabajo fue, integradas en el SJR (Servicio Jesuita al Refugiado), en el acompañamiento a mujeres, jóvenes y niños que se vieron forzados a vivir en 8 campamentos después del terremoto. Con el tiempo y de acuerdo a las circunstancias que se han ido presentando hemos variado nuestra actividad pastoral, primero integradas en el SJM (Servicio Jesuita al Migrante) y últimamente ya por cuenta propia. Sin embargo, nos hemos encaminando siempre a acompañar, servir y defender a las personas más vulnerables a través de la acogida a personas deportadas; apoyo, refuerzo escolar y taller de costura a niños y niñas residentes en la zona; clases de alfabetización; cursos de medicina natural alternativa; pastoral de enfermos; talleres de manualidades; grupos de mujeres con programas de microcréditos y posterior proyecto de construcción de viviendas; participación en proyectos de regularización de documentos, indispensables para su comercio y movilización en la frontera.

OBJETIVO GENERAL DE LA CIM:

Acompañar el camino del pueblo haitiano hacia una toma de conciencia de la propia realidad que los lleve a un compromiso concreto para ser sujetos activos de un cambio social. Y todo, a partir de la propia experiencia de un Dios liberador que quiere que todos tengan vida y vida en abundancia.

QUÉ COMUNIDAD QUEREMOS CONSTRUIR:

  • Una comunidad centrada en Jesucristo y en su Palabra, sintiéndonos convocadas por El y enviadas a esta misión intercongregacional en Haití.
  • Que sea presencia y signo del Reino por la vivencia de los valores evangélicos en las opciones personales de cada día, en la comunidad y allí donde estemos.
  • Una comunidad comprometida con la realidad en la que vivimos, que opta por la dignidad de cada persona, la justicia, la libertad, la comunión, el perdón y la paz.
  • Una comunidad que defiende y cuida el medio ambiente, como una respuesta urgente ante el presente y futuro de nuestra casa común.
  • Una comunidad festiva que celebra y goza la riqueza de cada carisma congregacional, la vida de cada una y las fiestas propias de nuestros Institutos Religiosos y del pueblo haitiano.
  • Una comunidad intercongregacional que fortalece la unidad en la diversidad y sinodalidad, que integra el caminar de cada Congregación, compartiendo los logros, las dificultades, los proyectos y acontecimientos que cada una vive.
  • Una comunidad que opta por una economía en común en la cual la solidaridad es un criterio de discernimiento continuo.

UN SUEÑO QUE SE VA HACIENDO REALIDAD:

Siendo conscientes de lo valiosa que ha sido esta experiencia intercongregacional para permitir que varias congregaciones hicieran su camino de cercanía real a un pueblo que marcha con todas las limitaciones que vienen de su historia de pobreza y opresión y que, actualmente, sufre también por las actitudes racistas que golpean su dignidad cuando atraviesa fronteras, siempre hemos soñado en tener una EXTENSIÓN de este estilo de comunidad en otro lugar en el que las periferias existenciales reclaman presencia de vida religiosa con un estilo nuevo. Pues bien, este sueño se va haciendo realidad con la petición del Obispo de Barahona en la República Dominicana para abrir una CIM en un barrio muy pobre en la capital de una Provincia considerada también entre las más pobres del país y con un alto índice de presencia de población haitiana que vive en la marginalidad y el abandono.

Aceptada ya la petición del Obispo, estamos en camino de comenzar una nueva comunidad intercongregacional que hará presente el estilo de vida que nos ha caracterizado a lo largo de estos 13 años de recorrido en Haití. Somos conscientes de que es la fuerza de su Espíritu que nos impulsa a testimoniar la comunión en la diversidad de carismas que impulsa una misma misión: vivir la radicalidad del evangelio, esencia de todo seguimiento a Jesús. Tres congregaciones nos hemos comprometido en esta nueva presencia: Maestras Católicas del Sagrado Corazón de Jesús, Misioneras Combonianas y Mercedarias Misioneras de Barcelona. Confiamos en que es el querer de Dios el que nos acompaña para hacer este nuevo camino de vida y libertad de la mano de María, Nuestra Madre y Maestra, que supo infundir en Jesús el amor y entrega a los preferidos de Dios, los más pequeños y vulnerables de nuestro mundo.